9. La plenitud, exigencia del amor
En Edufamilia sabemos que el amor no es blandengue ni poco exigente; al contrario, reclama la plenitud del amado o, mejor, la impulsa, la provoca suavemente.
En Edufamilia sabemos que el amor no es blandengue ni poco exigente; al contrario, reclama la plenitud del amado o, mejor, la impulsa, la provoca suavemente.
En Edufamilia sabemos que el amor no es ciego, como suele afirmarse; al contrario, el verdadero amor es perspicaz, clarividente, descubre lo mejor del ser amado
Como estudiamos en Edufamilia, el auténtico amor no aspira solo a que la persona amada sea, sino a que sea buena: a que alcance su perfección o plenitud.